lunes, 24 de septiembre de 2012

INTERFERENCIAS (6)


Se levantó y se dirigió donde descansaba el móvil de Sandra. 

-Vaya, que mala suerte, se ha acabado la batería… ¿Dónde tienes el cargador? Su mirada recorrió el salón, hasta que vió la base del teléfono. 

-Mira, que bien preparada estás… - Lo dejó cargando y volvió hacia la chica.

-Lo dejaremos un ratito, y luego los leeremos juntos. 

Tomó aire y lanzó un profundo suspiro, mientras volvía a mirar a la rubia que le había atrapado unas horas antes. Sí, pensó, ella le había atrapado… Tenía gracia la cosa.

-¿Sabes? No tenía ni idea de quien eras. Ibas a ser… una distracción, un entretenimiento más, mientras pensaba qué iba a hacer con la propuesta que me acababan de hacer.

Ella le miraba atentamente. Pendiente de sus movimientos. Unos minutos antes sentía como su deseo, de una manera que no atinaba a comprender, crecía por momentos. 

Ahora, esa sensación había sido sustituída por un pánico naciente, que se iba apoderando de su cuerpo. Y no debía de ser así. Había sido entrenada para evitarlo
.
-Quiero contarte lo que ha pasado, por qué sigues viva, y atada a una silla con cinta americana. No suele ocurrir esto, te lo aseguro. – Se acomodó en su silla, sin perder de vista a la chica – Lo que pasa es que cuando tengo a mi … amiga… en el suelo, procedo a desnudarla. Luego, mientras está en un estado de semi inconsciencia, la violo y antes de llegar al orgasmo, le rajo la garganta. Sí, MI orgasmo. Ella no suele tenerlo, claro. Y sí, es bastante escandoloso. Todo lleno de sangre, salpicándolo todo.- Pareció divertirle la angustia que aparecía con mayor fuerza en los ojos de Sandra.-Pero tranquila, no suelen gritar. No con la boca tapada… Y a mí me tranquiliza.

Esto último lo dijo como si tal cosa, como si fuera lo más normal del mundo.

-Pero, ah, amiga. Contigo fue distinto. El teléfono- Señaló el terminal con el dedo, con una sonrisa que a Sandra le pareció de lo más estúpida.- Su sonidito, indicando que tenías un mensaje. Y otro, y otro, y … Bueno. Debía saber quien era, ¿no? ¿Tu novio? ¿Tu padre? Quien sabe…

Sandra se comenzó a preocupar de verdad. El asunto estaba comenzando a ponerse peligroso de verdad. Paco no estaba en sus cabales, y si no hacía algo pronto, ella iba a perder algo más que la calma…

-Un Whatsapp… Y sorpresa, sorpresa… De alguien a quien conozco muy bien. De alguien que está esperando que le llame mañana por la mañana, o mejor esta tarde, para darle una respuesta… ¿No es una curiosa coincidencia?

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